Actividades para trabajar las competencias clave en secundaria

Recomendación del consejo de 22 de mayo de 2018 sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente

Toda persona tiene derecho a una educación, una formación y un aprendizaje permanente de calidad e integradores que desarrollen las competencias clave y las aptitudes básicas. Las competencias clave y las capacidades básicas son necesarias para todos para la realización y el desarrollo personal, la empleabilidad, la inclusión social y la ciudadanía activa.

En 2018, la tasa de bajo rendimiento se situó en el 21,7% en lectura, el 22,4% en matemáticas y el 21,6% en ciencias. Durante el período 2009-2018, el rendimiento en ciencias y lectura se deterioró a nivel de la UE, mientras que se mantuvo estable en matemáticas.

El Consejo Europeo ha adoptado una Recomendación del Consejo actualizada sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente. El enfoque de la Recomendación consiste en promover el desarrollo de las competencias clave y las aptitudes básicas:

Como parte del marco de cooperación política europea en materia de educación y formación (ET 2020), los Estados miembros de la UE han establecido el objetivo de que menos del 15% de los jóvenes de 15 años sean clasificados como “de bajo rendimiento” en competencias básicas para 2020.

Competencias clave para el aprendizaje permanente 2006

Teniendo en cuenta estos antecedentes, en este artículo presentamos una investigación de tres años en la que 267 estudiantes de secundaria de cuatro países desarrollaron las ocho competencias clave de forma global, mediante la elaboración de proyectos bajo un enfoque de aprendizaje basado en proyectos STEAM con formato KIKS. El enfoque STEAM incorpora la A de Artes para integrar asignaturas de las áreas de Humanidades y Arte con las disciplinas científicas anteriormente mencionadas (Colucci-Gray et al., 2019). El acrónimo KIKS significa Kids Inspire Kids for STEAM. El presente estudio internacional se enmarca en los programas europeos Erasmus+ y H2020.

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Las competencias clave se definen como una combinación de conocimientos, habilidades y actitudes. Los conocimientos se componen de hechos, conceptos y teorías; las habilidades incluyen la capacidad de aplicar los conocimientos y obtener resultados, mientras que las actitudes se refieren a la disposición del individuo para actuar en determinadas situaciones (Consejo de la Unión Europea, 2018). Desde una perspectiva curricular, el aprendizaje por competencias supone “una ruptura con la estructura tradicional de las disciplinas académicas y una apuesta por un enfoque interdisciplinar en el proceso de enseñanza-aprendizaje” (García-Raga & López-Martín, 2011: 537). Tras evaluar diversas recomendaciones, el Consejo de la Unión Europea identificó ocho competencias clave: 1) alfabetización; 2) multilingüismo; 3) competencia matemática y competencia en ciencia, tecnología e ingeniería; 4) digital; 5) personal, social y de aprendizaje; 6) ciudadanía; 7) espíritu empresarial; y 8) conciencia y expresión cultural.

Competencias clave para el aprendizaje permanente

Todos queremos ayudar a nuestros hijos a convertirse en aprendices capaces, preparados y dispuestos a enfrentarse a muchas cosas diferentes en la vida. Los colegios también lo quieren. Los profesores dedican mucho tiempo a desarrollar los conocimientos y las habilidades de los alumnos en materias como las matemáticas y el inglés, pero también intentan desarrollar las capacidades de los niños. En el plan de estudios neozelandés, éstas se denominan competencias clave.

Cuando los niños utilizan sus conocimientos y aprenden y hacen cosas, están utilizando todas las competencias clave. Sin embargo, un profesor puede centrarse en una o dos competencias en un momento dado para ayudar a hacer explícito el aprendizaje. Por ello, merece la pena examinar cada competencia clave por separado, aunque en realidad estén entrelazadas.

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Por ejemplo, los alumnos se autogestionan cuando trabajan para completar un proyecto en un plazo determinado y con un nivel determinado. Los profesores fomentan la automotivación cuando ayudan a los alumnos a fijarse objetivos exigentes y a trabajar para conseguirlos. En casa, los niños pueden demostrar su autogestión cuando hacen las tareas sin que se les pida repetidamente.Una mirada más profundaLos alumnos se hacen más fuertes en la autogestión a medida que desarrollan una buena comprensión de cómo aprenden. Pueden describir cómo cambian sus ideas y habilidades a lo largo del tiempo y por qué piensan, actúan y responden de la manera en que lo hacen.La autogestión también consiste en estar dispuesto a asumir riesgos de aprendizaje, a cometer errores, a volver a intentarlo y a desarrollar la capacidad de recuperación como aprendiz. Esto requiere concentración y autodisciplina, ya que hay que pensar por qué no se ha tenido éxito y qué hay que hacer a continuación para volver a intentarlo.Es especialmente importante que los alumnos capaces vean los errores como oportunidades de aprendizaje y comprendan que a veces no hay una respuesta “correcta”. Si no tienen una oportunidad temprana de convertirse en estudiantes resilientes, corren el riesgo de rendirse cuando experimenten por primera vez un fracaso en el aprendizaje más adelante. La recompensa de la perseverancia y el desarrollo de la resiliencia es que los alumnos experimentan lo que significa ser un estudiante poderoso.