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Textos expositivos cortos para niños de primaria

Diferentes tipos de texto

La comprensión de material de lectura expositivo es un reto para muchos estudiantes. La investigación ha demostrado que la comprensión de la lectura expositiva de los estudiantes puede mejorar con la ayuda de la instrucción de la estructura del texto. El propósito de este artículo es presentar a los profesores un marco de trabajo para implementar eficazmente la enseñanza de la estructura del texto en sus aulas. Dentro de este marco, los autores sugieren cuatro posibles objetivos de aprendizaje para la enseñanza de la estructura del texto. A continuación, describen estrategias de instrucción relacionadas con cada objetivo y formas de evaluar si se han alcanzado los objetivos. Por último, los autores discuten algunas cuestiones a tener en cuenta a la hora de elegir material de lectura expositiva para los alumnos y presentan planes de unidades de estructura textual para los grados 2 y 5 como ejemplos de cómo los profesores podrían construir una unidad.

El texto expositivo (o informativo) es la principal fuente de material de lectura utilizado para presentar contenidos académicos (por ejemplo, ciencias, estudios sociales). Como tal, es esencial que los estudiantes sean capaces de comprender el texto expositivo. Esto se reconoce en los Estándares Estatales Básicos Comunes para las Artes del Lenguaje Inglés, que establecen que, ya en el jardín de infancia, los estudiantes deben ser capaces de involucrarse con el texto informativo en formas multifacéticas, tales como la identificación del tema principal, hacer y responder a preguntas sobre los detalles clave, y la descripción de las conexiones entre las piezas de información (National Governors Association Center for Best Practices & Council of Chief State School Officers, 2010).

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Estructurar el texto

A lo largo de la primera infancia, los niños se relacionan con una serie de textos, entre los que se incluyen libros de ficción y de no ficción, así como revistas, folletos y carteles; diversas formas artísticas como la poesía, el dibujo, la pintura y la escultura, así como textos multimedia y de tecnologías de la información y la comunicación (TIC).

Este enfoque de aprendizaje se refiere a las funciones y propósitos de los textos; es decir, cómo se utilizan (según el modelo de los cuatro recursos: Freebody y Luke, 1990). Este enfoque de aprendizaje difiere de la elaboración de significados y la expresión de ideas (alfabetización emergente), que se centra en cómo los niños se comprometen a dar significado a los textos y a crear significado dentro de sus textos.

El desarrollo de las habilidades de alfabetización de los niños se apoya en experiencias frecuentes y ricas con la impresión y los textos. El Marco de Aprendizaje y Desarrollo de los Primeros Años de Victoria (VEYLDF, 2016) destaca que los niños “se involucran con una variedad de textos y obtienen significado de estos textos” (Resultado 5.2).

Esto incluye la exploración y la comprensión de textos escritos por otros (lo que se relaciona con la comprensión lectora emergente). También incluye que los niños creen sus propios textos para registrar, reflexionar, entretener, informar, instruir e incluso persuadir a otros (vinculado a la expresión escrita emergente).

Estrategias de lectura

Los textos expositivos pueden suponer un reto para los jóvenes lectores por los conceptos y el vocabulario que les resultan desconocidos. Descubra cómo ayudar a sus alumnos a analizar las estructuras de los textos expositivos y a desgranar el texto para descubrir la idea principal y los detalles que la sustentan.

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En los últimos 60 años, la comprensión lectora ha cambiado su énfasis, pasando del dominio de habilidades y subhabilidades que se aprenden de memoria y se automatizan a un enfoque en el aprendizaje de estrategias, que son adaptables, flexibles y, lo más importante, en el control del lector (Dole, Duffy, Roehler y Pearson, 1991). Una de las estrategias más eficientes, sobre la que hay una gran cantidad de investigaciones y prácticas, es el entrenamiento de los alumnos en el conocimiento de la estructura del texto para facilitar su comprensión de los textos expositivos.

Los lectores de todas las edades deben conocer las estructuras de los textos para tener más éxito (Meyer, 2003). La estructura u organización del texto es la disposición de las ideas y las relaciones entre ellas (Armbruster, 2004). Los lectores que desconocen las estructuras del texto están en desventaja porque no abordan la lectura con ningún tipo de plan de lectura (Meyer, Brandt y Bluth, 1980). Sin embargo, los lectores que están familiarizados con las estructuras textuales esperan que la información se desarrolle de determinadas maneras (RAND Reading Study Group, 2002).

Textos expositivos cortos para niños de primaria 2022

Este estudio investigó las posibilidades de los textos informativos para servir como textos modelo para la enseñanza de la estructura del texto a los niños de la escuela primaria. Se realizó un análisis de contenido de una muestra aleatoria de textos informativos para niños de las principales editoriales sobre la organización de la estructura del texto y sobre la inclusión de características del texto como señales de la estructura del mismo. Nuestros hallazgos mostraron tres limitaciones en las características presentes en los textos informativos actualmente disponibles para los niños de primaria. Se discuten las implicaciones de estos resultados.

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Los textos bien estructurados influyen no sólo en la cantidad de conocimientos que se adquieren con la lectura, sino en el tipo de conocimientos. Los textos bien estructurados ayudan a los alumnos a diferenciar con mayor facilidad y precisión las ideas principales importantes de los detalles subordinados; con textos menos estructurados, los alumnos tienden a recordar más detalles periféricos y menos ideas principales (McGee, 1982). Los textos informativos menos estructurados exigen más tiempo y atención del lector, ya que éste debe descifrar el contenido para identificar las ideas clave; en pocas palabras, “la gente recuerda más y lee más rápido la información que está lógicamente organizada” (Meyer, 1982, p. 38).