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Actividades para niños de primaria sobre el valor del respeto

Actividad “receta para el respeto

Los niños no nacen sabiendo ser respetuosos y agradecidos. Desde que nacemos, escuchamos cosas como: “Tienes que respetar a las personas mayores, a tus profesores, a tus padres, etc.”. Según Vocabulary.com, el respeto es una forma de tratar o pensar en algo o en alguien. Si respetas a tu profesora, la admiras y la tratas bien.

Sin embargo, los padres suelen olvidar que los niños son pequeños seres humanos y que sería bueno enseñarles cosas nuevas de la forma que mejor entienden… durante el juego. La razón por la que los niños aprenden mejor con los juegos es que son divertidos y entretenidos, y no requieren apenas preparación especial. Por ejemplo, se puede enseñar a los niños la aceptación a través de un juego de rol.

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Ahora que conocemos la definición, pasemos a algunas lecciones prácticas y divertidas. Todas las actividades presentadas en el artículo implican el control y la participación de los padres: los niños aprenden de todo lo que sienten y ven, y por eso la mejor manera de enseñarles a respetar es involucrarse en su entorno.

Actividades de respeto para el jardín de infancia



Enseñar a respetar en el aula



Enseñar el respeto a los niños

Enseñar a los niños a respetar la propiedad debe comenzar cuando el niño tiene edad suficiente para entender que es dueño de algunas pertenencias. Implica enseñar el concepto de privilegios frente a necesidades, y debe basarse en el respeto. Cuando se vuelve a visitar el concepto durante los años de la escuela primaria, es imperativo que se expliquen claramente estos fundamentos, así como las consecuencias que pueden acompañar a la desobediencia o al desprecio de tales conceptos. La responsabilidad de enseñar estas habilidades debe recaer en los padres mucho antes de que los niños tengan edad para ir a la escuela.

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Respetar la propiedad puede ser tan sencillo como aprender los conceptos de cortesía de “por favor” y “gracias”. Cuando se pide un objeto, hay que decir por favor, y cuando se da un objeto hay que decir gracias. Sin embargo, el concepto debe ir más allá de la simple pronunciación de las palabras. Es fundamental que los niños comprendan completamente el significado que hay detrás de ellas y la responsabilidad que conlleva decirlas. Por ejemplo, si un niño pide: “¿Me das unos lápices de colores nuevos?”, debe entender que recibir una caja nueva de lápices de colores es un privilegio. Romper deliberadamente esos lápices de colores nuevos supondrá un castigo. Coger los lápices de colores de otra persona está mal, a no ser que se le haya pedido, utilizando esa palabra “mágica”, por favor.