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Coleccion de materiales curriculares para educacion infantil

Importancia de los materiales curriculares

Lo que los niños aprenden no es un resultado automático de lo que se les enseña, sino que se debe en gran parte a lo que hacen los propios niños, como consecuencia de sus actividades y de nuestros recursos. -Loris Malaguzzi, Los cien lenguajes de los niños

El autor de estas palabras, Loris Malaguzzi, fue el fundador y director de los renombrados centros preescolares municipales de Reggio Emilia (Italia). Malaguzzi falleció hace dos décadas, pero esperamos que esté satisfecho con los progresos que los educadores de la primera infancia de Norteamérica han realizado para comprender sus lecciones pedagógicas. Su filosofía -una mezcla de teoría y práctica que desafía a los educadores a ver a los niños como aprendices competentes y capaces en el contexto del trabajo en grupo (Fraser y Gestwicki 2002)- difiere de la perspectiva piagetiana ampliamente aceptada que considera que el desarrollo del niño es en gran medida interno y se produce en etapas (Mooney 2013). Malaguzzi enfatizó que “no se trata tanto de pensar en el niño que se desarrolla por sí mismo, sino en un niño que se desarrolla interactuando y desarrollándose con otros” (Rankin 2004, 82). Como tal, en el centro de la filosofía de Reggio Emilia está su énfasis en la construcción y el mantenimiento de las relaciones.

5 tipos de materiales curriculares

Los centros de materiales curriculares (CMC) son esenciales para las necesidades de instrucción e investigación de los estudiantes y el profesorado en los programas que preparan a los educadores para las escuelas de preescolar a 12º grado (P-12). Estas directrices describen los elementos esenciales de la administración, los servicios, las colecciones y el acceso a los centros de materiales curriculares en todos los entornos universitarios.

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Estas directrices se dirigen a los administradores de todos los niveles de la educación postsecundaria, en particular a los decanos o jefes de departamento de educación; a los decanos o directores de bibliotecas; a los bibliotecarios responsables de los centros de materiales curriculares; y a las agencias de acreditación y concesión de licencias.

Los centros de materiales curriculares han estado presentes en las bibliotecas y en los departamentos, escuelas o facultades de educación como recursos de apoyo a los educadores desde principios del siglo XX. Las peticiones de normas para los CMC se han hecho casi desde esos comienzos. Dado que estos centros se han desarrollado a partir de una variedad de orígenes y pueden servir a muchos grupos y necesidades diferentes, proporcionar directrices para dichos centros ha sido un reto.

Clasificación de los materiales curriculares

Por ejemplo, ¿deben los niños saber contar hasta 100, recitar el alfabeto o realizar tareas que hagan uso de la motricidad fina? Si no se espera que conozcan estas habilidades antes del jardín de infancia, ¿las aprenderán durante este año escolar de referencia? ¿Y qué habilidades se espera que los niños dominen al final del curso de preescolar?

Aunque los objetivos pueden variar a nivel nacional y en cada escuela, la mayoría de los estados han adoptado los Estándares Estatales Básicos Comunes y siguen sus directrices generales para el plan de estudios del jardín de infancia. Entender estos objetivos le ayudará a determinar si su hijo está listo para el jardín de infancia, si necesita hacer algún trabajo de preparación o si tal vez está demasiado avanzado para una clase normal de jardín de infancia.

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Por lo general, antes del jardín de infancia, la mayoría de los niños pueden utilizar las palabras que han aprendido en las conversaciones con otras personas o cuando se les lee. A lo largo del curso, el habla de su hijo se volverá más estructurada y comprensible, y las habilidades de lectura y escritura irán surgiendo y avanzando.

A medida que avanza el curso escolar, los niños deberían ser capaces de entender la estructura básica de las frases y la puntuación. Aprenderán, por ejemplo, que la primera palabra de una frase se escribe con mayúscula y que las frases terminan con puntos, signos de interrogación o exclamación. Tal y como se indica en los Estándares Básicos Comunes para las Artes del Lenguaje Inglés, los niños de jardín de infancia aprenden a escribir las letras en minúsculas y en mayúsculas.

Ejemplos de materiales curriculares

El autor de estas palabras, Loris Malaguzzi, fue el fundador y director de los renombrados centros preescolares municipales de Reggio Emilia, Italia. Malaguzzi falleció hace dos décadas, pero esperamos que esté satisfecho con el progreso que los educadores de la primera infancia de Norteamérica han hecho para comprender sus lecciones pedagógicas. Su filosofía -una mezcla de teoría y práctica que desafía a los educadores a ver a los niños como aprendices competentes y capaces en el contexto del trabajo en grupo (Fraser y Gestwicki 2002)- difiere de la perspectiva piagetiana ampliamente aceptada que considera que el desarrollo del niño es en gran medida interno y se produce en etapas (Mooney 2013). Malaguzzi enfatizó que “no se trata tanto de pensar en el niño que se desarrolla por sí mismo, sino en un niño que se desarrolla interactuando y desarrollándose con otros” (Rankin 2004, 82). Como tal, el núcleo de la filosofía de Reggio Emilia es su énfasis en la construcción y el mantenimiento de las relaciones.

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Al igual que Vygotzky, Malaguzzi creía que el aprendizaje social precedía al desarrollo cognitivo (Gandini 2012). Destacó que el entorno desempeña un papel central en el proceso de hacer que el aprendizaje sea significativo. Tan importante era esta noción, que Malaguzzi definió el entorno como el tercer maestro (Gandini 2011). El tercer maestro de Malaguzzi es un entorno flexible, que responde a la necesidad de que maestros y niños creen el aprendizaje juntos. Fomentando la creatividad a través del trabajo de las manos jóvenes manipulando objetos o haciendo arte, es un entorno que refleja los valores que queremos comunicar a los niños. Además, el entorno del aula puede contribuir a formar la identidad del niño como protagonista de su propia vida y de la de los demás. Para fomentar un entorno así, los profesores deben ir más allá de lo que se ve a simple vista y desarrollar una profunda comprensión de los principios subyacentes y del pensamiento, las preguntas y las curiosidades de los niños.