Actividades de resolucion de problemas matematicos en educacion infantil
Actividades de resolucion de problemas matematicos en educacion infantil
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actividades de resolución de problemas para el jardín de infancia
En su libro “Cómo resolverlo”, George Pólya (1945) decía: “Una de las tareas más importantes del profesor es ayudar a sus alumnos. Esta tarea no es del todo fácil; exige tiempo, práctica, devoción y principios sólidos. El alumno debe adquirir la mayor experiencia posible de trabajo independiente. Pero si se le deja solo con su problema sin ninguna ayuda, puede que no progrese en absoluto. Si el profesor ayuda demasiado, no le queda nada al alumno. El profesor debe ayudar, pero ni mucho ni poco, para que el alumno tenga una parte razonable del trabajo”. (página 1)
¿Qué es un problema en matemáticas? Un problema es “cualquier tarea o actividad para la que los alumnos no tienen reglas o métodos prescritos o memorizados, ni existe la percepción por parte de los alumnos de que hay un método de solución “correcto” específico” (Hiebert, et. al., 1997). La resolución de problemas en matemáticas es uno de los temas más importantes para enseñar; aprender a resolver problemas ayuda a los alumnos a desarrollar el sentido de la resolución de problemas de la vida real y a aplicar las matemáticas a situaciones del mundo real. También sirve para una comprensión más profunda de los conceptos matemáticos. No basta con aprender “hechos matemáticos”; los alumnos deben aprender también a utilizar estos hechos para desarrollar su capacidad de pensamiento.
el gato en el sombrero construye que
El padre de Luke, de 3 años, compartió una sorprendente historia con la profesora de preescolar de Luke. Al parecer, Luke vio cómo su padre bateaba sin éxito un globo. El globo abrazaba el techo en lo alto del peldaño inferior de una escalera. Luke finalmente sugirió: “Papá, golpéalo allí (señalando el rellano que da a la escalera) para que puedas cogerlo cuando subas las escaleras”.
Luke utilizó el pensamiento “medio-fin”. Esta estrategia consiste en averiguar dónde estás y dónde tienes que estar e intentar “cerrar la brecha”. Muchos niños utilizan por primera vez el pensamiento medio-fin entre los 6 y los 9 meses, cuando aprenden a tirar de una manta para poner un juguete a su alcance. Los niños en edad preescolar a los que se les pide que consigan 5 tenedores pueden coger 2, contarlos, comprobar si tienen 5 y, si no es así, coger otro, y repetir este proceso hasta alcanzar su objetivo. A medida que adquieren más confianza, animarles a “seguir contando hasta que tengan 5” podría animarles a alcanzar el siguiente nivel de habilidad matemática.
Los niños de preescolar y jardín de infancia pueden resolver una gran variedad de problemas matemáticos si los adultos les permiten y animan a utilizar otra estrategia eficaz, el modelado. Por ejemplo, un profesor podría decir: “¿Quieres más bloques? Si tienes 3 bloques y te doy 2 más, ¿cuántos tendrás?”. El niño podría modelar esta situación contando 3 bloques, luego 2 bloques más, y luego contando los 5. ¿Y si la pregunta fuera: “Tienes 5 bloques… si pones 3 en la estantería, cuántos tendrás todavía?” El niño podría poner 5 dedos en una mano, empujar 3 dedos hacia abajo y luego contar los 2 restantes. Utilizando objetos para modelar directamente la situación, este niño ha resuelto un problema que a menudo no se introduce formalmente hasta el primer grado.
hora punta
Primer paso: ¿Cómo se siente? Tranquilícese. – A menudo, cuando nos encontramos con un problema, nos sentimos frustrados o enfadados. Antes de poder resolver el problema, tenemos que saber cómo nos sentimos y calmarnos. Hay diferentes maneras de calmarse; podemos tomarnos un descanso, respirar profundamente tres veces, utilizar la “respiración de batido”[1].
Tercer paso: Pensar en soluciones – Es útil pensar en tantas soluciones diferentes como sea posible para el problema. No todas las soluciones funcionarán. Una solución puede funcionar una vez, pero no otra. Cuantos más problemas resuelvas, más fácil será pensar en soluciones.
Cuarto paso: ¿Qué pasaría? – Piensa en lo que pasaría si eliges cada una de las soluciones que se te ocurren. ¿Es una solución segura? Una solución segura significa que nadie saldrá herido ni se molestará. ¿Es justa la solución? ¿Cómo se sentirá todo el mundo?
Esta actividad [2] está pensada para niños de 4 a 6 años de edad para un entorno de guardería, preescolar, jardín de infancia o en el hogar. No obstante, puede adaptarse a otras edades. Enseñando a los niños los pasos básicos para la resolución de problemas y ofreciéndoles oportunidades para que practiquen esta habilidad, los niños pueden convertirse en personas competentes en la resolución de problemas.
actividades individuales de resolución de problemas
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Un estudio de 2010 publicado en Behaviour Research and Therapy descubrió que los niños que carecen de habilidades de resolución de problemas pueden tener un mayor riesgo de depresión y suicidio. Además, los investigadores descubrieron que enseñar a un niño habilidades de resolución de problemas puede mejorar su salud mental.
Los niños que se sienten abrumados o desesperados a menudo no intentan abordar un problema. Pero cuando se les da una fórmula clara para resolver los problemas, se sentirán más seguros de su capacidad para intentarlo. Estos son los pasos para la resolución de problemas:
Cuando surjan los problemas, no te apresures a resolver los problemas de tu hijo por él. En su lugar, ayúdale a seguir los pasos de la resolución de problemas. Ofrézcale orientación cuando necesite ayuda, pero anímele a resolver los problemas por sí mismo. Si no son capaces de encontrar una solución, intervenga y ayúdeles a pensar en alguna. Pero no les digas automáticamente lo que tienen que hacer.